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Desafiando la pistola 25 de Octubre 2007 BOGOTÁ

Desde The Economist edición impresa Un chequeo médico para la democracia local

ÚLTIMO tiempo los colombianos votaron a favor de los alcaldes y gobernadores provinciales, en 2003, algunos se ofrecieron poca elección. En extensiones de la costa del Caribe de derecha, los grupos paramilitares imponen sus propios candidatos, a menudo por intimidar a los rivales en renunciar a, o matando a los que se resistían. ¿El próximo gran cantidad de locales de votación, que debe presentarse el 28 de octubre, sean libres y justas? Los signos son bastante prometedores. Tome el departamento de Magdalena, en la costa norte. El gobernador elegido sin oposición en 2003 está en la cárcel, acusado de connivencia con los paramilitares. Esta vez los votantes pueden elegir entre seis candidatos que abarca el espectro político. En Colombia, en su conjunto, hay 12% más de los candidatos en esta ocasión. Cierto, en 11 municipios (menos del 25 por última vez) sólo hay un candidato. Sin embargo, una encuesta realizada por El Tiempo, un periódico, se comprobó que éste adeuda más de la tradición política local de la intimidación. En muchas zonas, las personas tienen menos miedo de lo que eran. Esto es en parte un homenaje al Presidente Álvaro Uribe la política de seguridad democrática. Algunos 31000 paramilitares desmovilizados en virtud de un acuerdo de paz. Además, los fiscales y los tribunales han reprimieron sobre los vínculos entre los políticos y los paramilitares (muchos de los cuales son también los traficantes de drogas). Unos 40 políticos, incluidos los legisladores nacionales (uno de ellos primo del Sr Uribe), así como el gobernador de Magdalena, están siendo procesados por esos vínculos. Varios de los pequeños partidos cuyos dirigentes ante los tribunales son candidatos, pero algunos de ellos pueden haber ido recto. No existe "menos presión armada" en las zonas que alguna vez fueron feudos paramilitares, de acuerdo con Claudia López, un científico político que ha estudiado los patrones de votación en esas zonas. No obstante, dos docenas de candidatos han sido asesinados en el periodo previo a la elección. Por lo menos la mitad fueron víctimas de las FARC, el principal de izquierda grupo de la guerrilla (que también está muy involucrada en las drogas). En el pasado, las FARC prohibió votación en las zonas que controla, los asesinatos demuestran que ya no pueden hacerlo, dice López Sra. En otras zonas hay preocupaciones por antiguos paramilitares de haber vuelto a tomar las armas en las bandas de criminales. Las encuestas de opinión sugieren una izquierda moderada en las partes podrá colgar a la capital, Bogotá, el Sr derrotar a Uribe de candidato a alcalde. Pero la mayoría de los que votan lo harán de acuerdo con los problemas locales. Más que una guía de las perspectivas de futuro del presidente, las elecciones serán un indicador de la salud de la democracia en Colombia.